El Tribunal Supremo Electoral de El Salvador ha detenido el conteo electrónico de las elecciones, pero la tendencia es clara: Nayib Bukele asegura su segundo mandato presidencial con una victoria arrolladora.

El domingo, Bukele se autoproclamó vencedor cuando el 31% de las actas estaban procesadas, marcando una distancia insuperable. A pesar de las interrupciones y la incertidumbre en el conteo, su reelección parece inminente, gracias en parte a controvertidas decisiones judiciales y movimientos legislativos previos.

Con más del 70% de las actas contabilizadas, la brecha entre Bukele y sus rivales es abismal, reflejando un apoyo sin precedentes. Sin embargo, la legalidad de su candidatura y las acusaciones de autoritarismo generan preocupaciones sobre el futuro democrático del país.

A medida que Bukele se prepara para un segundo mandato, las críticas sobre su reelección y su control sobre las instituciones estatales aumentan. A pesar de su popularidad, enfrentará desafíos económicos y la presión internacional por respetar los derechos humanos y la democracia.

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